lunes, 25 de julio de 2011

Esa Cruz

                                 

Esa cruz, la del madero
la que cobijó el dolor,
donde se quedó el sufrimiento,
donde se escribió con sangre, ¡con sangre el amor eterno!

Esa cruz, la del madero
la que absorbió la sangre, ¡el agua del mismo cielo!
Donde el verbo se hizo muerte,
muerte para vida eterna.

Esa cruz, la del calvario
que se eleva al mismo cielo,
que descendió hasta el abismo
y se extiende a los extremos.

Esa cruz, la del madero
es el talismán divino
donde encontramos la gracia,
el camino hacia la puerta del cielo.
¡Donde está Cristo vivo, junto a nuestro Padre Eterno!

Ruperto Huerta Plaza

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